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Psicología Nutricional: Cómo mejorar nuestra relación con la alimentación

¿Quieres mejorar tu cuerpo? ¿Te gustaría aumentar tu rendimiento físico? ¿Tienes dificultades para controlar la ingesta excesiva de alimentos? 

Cualquiera que sea tu objetivo, la psicología nutricional es el camino más directo para conseguirlo. Porque lo que comes no solo afecta a cómo te sientes, sino que cómo te sientes también afecta a tu manera de comer. No lo decimos nosotros, lo dice esa rama de la psicología especializada en el cuidado de nuestra alimentación. Su nombre es psicología de la nutrición o de la alimentación, y en este artículo vamos a contarte en qué consiste. 

¿Te animas a descubrirlo?

Qué es la psicología nutricional

Puede que aún no lo sepas, pero la psicología cumple un papel fundamental a la hora de mejorar la adherencia a una dieta, bien para mejorar la imagen corporal, bien para controlar la ingesta de alimentos o bien para identificar conductas alimentarias inadecuadas.

Esta ciencia estudia nuestra relación con la comida, teniendo en cuenta las emociones, las conductas, las relaciones y el contexto social que nos rodea. Sin embargo, su objetivo no es solo identificar y reemplazar trastornos de la alimentación, como la bulimia o la anorexia, sino que también trata de diagnosticar aquellas conductas más difíciles de identificar que cumplen un papel muy importante en las personas. Nos referimos a comportamientos como los atracones, el rechazo al propio cuerpo o las comidas impulsivas.

En el argot de la psicología nutricional existen estrategias, conceptos y teorías que en la práctica nos ayudan a alcanzar nuestro bienestar físico y emocional. Existen variables directamente relacionadas con el éxito a la hora de seguir una dieta, como la planificación, la dialéctica o la meditación. En definitiva, las emociones están detrás de las costumbres que afectan a nuestra alimentación. 

Ahora bien, ¿cómo podemos identificarlas a través de la psicología nutricional para conseguir los resultados que deseamos sobre nuestro cuerpo? Te lo contamos en las siguientes líneas.

Psicología nutricional para mejorar nuestra relación con la alimentación 

¿Sabes cómo afectan el estrés y la ansiedad a tu alimentación? ¿Haces ejercicio y dieta pero no consigues bajar de peso?

En ocasiones, cuando nos ponemos a dieta solemos plantearnos solo la parte física de este proceso, el nivel de actividad y los alimentos que tomamos o dejamos de tomar (nutrientes, carbohidratos, grasas, etc.). Sin embargo, olvidamos la implicación de la parte psicológica cuando, en realidad, nuestros antojos o nuestra sensación de hambre también tienen un origen emocional. 

Por eso, cuando comprendemos nuestras conductas, pensamientos y emociones, mejoramos nuestra relación con la comida y logramos los objetivos deseados sobre nuestro cuerpo. Toma nota, porque vamos a contarte cómo aplicar la psiconutrición.

Primeros pasos:

  • Realiza un trabajo interdisciplinar entre profesionales de la nutrición y profesionales de la psicología especializada en la alimentación. Es lo que llamamos tratamiento de psiconutrición. 
  • Algunas personas pueden recurrir al asesoramiento sobre cómo establecer y alcanzar objetivos realistas sobre el cuerpo.
  • Otras personas pueden necesitar ayuda para comprender y superar los obstáculos psicológicos que les impiden seguir una dieta saludable.
  • Acepta tu cuerpo. El primer paso para mejorar tu relación con la comida y el cuerpo es aceptarlo. No importa si no tienes el cuerpo que deseas, lo importante es que te quieras y te respetes tal y como eres. 
  • No te obsesiones con la comida. Si lo haces, probablemente tiendas a alimentarte mal. Aprende a comer de forma saludable y a no obsesionarte con la alimentación. Para ello, debes controlar tus emociones y no dejar que sean ellas quien te controlen a ti.
  • Aprende a gestionar tus emociones. Muchas personas comen en respuesta a sus emociones, lo cual puede llevar a un aumento de peso o a problemas de salud relacionados con la alimentación. Aprender a gestionar las emociones puede ayudar a mejorar la relación de una persona con la comida y promover hábitos alimentarios más saludables.
  • No te compares con los demás. Compararse constantemente con otras personas puede llevar a la frustración y al estrés. Acéptate tal y como eres, valórate. Escucha a los demás, pero no te dejes llevar por lo que otros piensen de ti.
  • Aprende a gestionar el estrés. Es una de las principales causas de la mala alimentación, pero esta también puede influir en el estrés. La comida rápida y los alimentos procesados son altos en azúcares y grasas, lo que puede aumentar los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Al ser bajos en nutrientes esenciales, pueden debilitar el sistema inmunológico.

A partir de aquí, la psicología de la alimentación te ayudará a:

  • Dotar de significado las conductas impulsivas que puedas tener en relación con la comida y el cuerpo.
  • Reconectar con tu cuerpo y aprender a escuchar las señales.
  • Mejorar el rendimiento físico y mental.
  • Aumentar la seguridad y la confianza en ti mismo.
  • Mejorar el estado de ánimo y el bienestar general.
  • Alimentar tu cuerpo de una manera mucho más consciente.
  • Ayudar a controlar el peso.
  • Obtener herramientas para aprender a gestionar tus emociones sin necesidad de recurrir a la comida.
  • Reducir el estrés y la ansiedad. 

Ahora que se acerca el final de este post, recuerda que la psicología juega un papel importante en el desarrollo de las personas. Y que la nutrición es clave para nuestro desarrollo pleno.

Reflexiones útiles para comprender nuestra relación con la comida

Partimos de una realidad, y es que cada persona crea un sistema para comprender su propio mundo. A partir de aquí, la psicología de la nutrición trata de llevar la atención del individuo a sus significados, para poder comprenderlos y construir nuevas formas de relacionarse consigo mismo.

Por naturaleza, el cerebro reacciona ante una situación de peligro de varias maneras. En primer lugar, activa el sistema nervioso simpático, que aumenta el ritmo cardiaco y respiratorio y libera adrenalina. También activa el sistema límbico, que controla las emociones, lo que puede provocar miedo o ansiedad. Y por último, puede inhibir el sistema límbico para evitar que se sienta miedo o ansiedad, lo que hace que una persona actúe de manera más racional en una situación de peligro.

En cualquier caso, el cuerpo se adapta a nivel fisiológico ante un peligro. No saber gestionar el estrés o la ansiedad generados hace que recurramos a alimentos que no van a solucionar el problema de raíz, sino que pueden agravarse con sentimientos de frustración o remordimiento. Al final, creamos una relación con la comida donde aquello que empezó siendo un problema de estrés puede convertirse en un problema de salud mental relacionado con la alimentación.

Por eso, los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) resultan normalmente de la combinación de distintos factores psicológicos, tales como: una baja autoestima, depresión, soledad o falta de control

¿Quieres conocer programas personalizados para mejorar tu cuerpo? ¿Imaginas disponer de las comidas de tu plan preparadas a domicilio?

Si quieres conocer más detalles de la psicología nutricional para mejorar tu relación con la alimentación, contacta con Nattive Athletics. Estaremos encantados de ayudarte.

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